No hay ningún amor tan grande que pueda ser comparado al de una madre, y aunque es difícil mencionar solo un par de razones para amarla cuando existen tantas, hoy compartiremos algunos de los muchos motivos por los que te amamos, mamá.
1. Te amó desde que supo de tu existencia: Aunque al principio puede resultar una sorpresa para ellas, no pasa mucho tiempo desde que comienzan a amar a su bebé tan solo con sentirlo y escuchar los latidos de su corazón. No tiene que conocerte, ni saber tus virtudes o tus defectos, para saber que te ama con todo su corazón.
2. Es tu verdadera mejor amiga: Será tu madre quien siempre estará ahí, en tus tropiezos y triunfos, lista para confortarte y ser tu confidente.
3. Siempre tiene palabras de aliento: La madre es esa persona que sabe qué decir en cada momento. No importa qué tan grande sea tu tristeza, ella tiene el poder mágico para sanarte.
4. Tus logros son sus logros: Está de más decir que la persona que más presume tus éxitos es ella, y eso es por el inmenso orgullo que siente al tener una hija como tú. Hasta el más pequeño detalle será motivo de celebración para tu madre, quien vela por cada uno de tus sueños y te acompaña en el camino.
5. Es capaz de todo: Con una constante dedicación e infinito amor, tienen la capacidad para hacerlo todo solo para cuidar de ti. ¡Es una superheroína!
6. Es la mejor enfermera: Están ahí cada vez que nos enfermamos, cuidándonos, alimentándonos y desvelándose por nosotros; no importa cuán cansadas estén, ellas no descansarán hasta que estemos mejor.
7. Da los mejores abrazos: Nada más reconfortante que los abrazos de una madre. Ella puede curar las heridas más profundas y secar las lágrimas cuando parecen no poder parar.
8. Comprende perfectamente tus sentimientos: Aun cuando no lo digas, tu madre es capaz de percibir cuando estás sufriendo y entiende tu dolor, y uno de los mejores regalos que puedes tener son sus consejos, llenos de experiencias y enseñanza para la vida.
Si bien las madres también comenten errores a lo largo del camino, es porque no son perfectas y, al igual que nosotras, están aprendiendo; pero de lo que no hay duda es lo eternamente agradecidas que estamos con ellas por habernos llenado de sonrisas, de apoyo y de amor.
