domingo, 5 de agosto de 2018


Cómo desarrollar la asertividad en los niños

Esta habilidad social los ayudará a desenvolverse mejor y tener buenas relaciones interpersonales




La asertividad es una habilidad social que nos ayuda a comunicarnos correctamente y, gracias a ello, desenvolvernos mejor y tener buenas relaciones interpersonales. Por eso, es tan importante que ayudemos a nuestros hijos a desarrollarla.

A todos nos pasa. Cuando nos relacionamos con otras personas, a veces, somos un poco pasivos y, otras veces, podemos ser un poco agresivos. Te explico mejor: la conducta pasiva se produce cuando buscamos agradar a los demás. Entonces, por esa necesidad natural que tenemos ser valorados, tendemos a hacer lo posible por complacer al otro aunque esto algunas veces signifique dejar de lado nuestros deseos. Por otro lado, la conducta agresiva se produce cuando no tenemos en cuenta los sentimientos ni las necesidades de los demás. En este caso, no nos preocupamos por entenderlos, solo queremos imponer nuestra opinión y ser dueños de la verdad, así que la defendemos a toda costa.

Como ya sabemos, todo extremo es malo, así que debemos buscar el equilibrio entre estas dos maneras de actuar, es decir, ser asertivos. La asertividad nos permitirá expresar nuestros pensamientos y sentimientos de forma honesta, directa y correcta. Además de lo que decimos, tiene que ver con cómo nos dirigimos a las personas con nuestra mirada, nuestro tono de voz, postura y gestos. Como cualquier otra habilidad, se aprende, por lo que podemos y debemos enseñarles a nuestros hijos a desarrollarla.


Recordemos que ellos aprenden de nuestro ejemplo, así que aquí te cuento qué debes hacer tú para reforzar tu asertividad y, a la vez, la de tus hijos:

Evitar la manipulación. Que nadie les imponga órdenes si van en contra de sus principios o deseos.

Expresarse con respeto. Comuniquen su punto de vista sin imponerlo, siempre respetando los pensamientos, sentimientos y creencias de los demás.

Escuchen con atención. Dejen de lado el celular o cualquier cosa que pueda distraerlos y presten atención a la persona con quien se estén comunicando.

Hablen claro. Siempre hay que vocalizar, mirar a los ojos y mantener una buena postura. Evitar hablar en tono de lamento o queja.

Sin ofensas ni amenazas. Este maltrato solo genera estrés y ansiedad y hace sentir al otro temor a expresarse. Así nunca nos podremos comunicar bien y, menos aún, construir relaciones duraderas.

Es importante que dejemos a nuestros hijos expresarse. Nunca debemos reírnos de sus opiniones, desestimar sus sentimientos, criticarlos o hacerlos sentir culpables.


Aquí te explico unos juegos familiares que los ayudarán a desarrollar la asertividad de forma sencilla y divertida:

El buzón de sentimientos: Busca un frasco o una alcancía en la que todos los integrantes de la familia puedan "depositar" sus sentimientos. Cada vez que ocurra algún conflicto familiar o tengan una discusión, escriban o dibujen en un papel lo que sienten. Esto los ayudará a reflexionar sobre sus sentimientos y la manera en la que reaccionaron ante la situación. Unos días después, lean juntos los papelitos. Así, todos podrán entender mejor cómo esa situación hizo sentir a los demás.

El momento familiar:
 Todos los días, dediquen 5 minutos a compartir sus experiencias del día. Cada integrante de la familia deberá contar algo que les gustó y algo que no les gustó y cómo se sintieron en cada caso.

El cuento encadenado. Este juego los ayuda a aprender a resolver los conflictos pacíficamente. Consiste en inventar un cuento en el que todos colaboran en la creación de los personajes, sus problemas y soluciones. Lo mejor es que papá o mamá empiecen el cuento contando el conflicto. Puede ser algo así como: "Pepito estaba jugando con su pelota en la sala y rompió el jarrón favorito de su mamá..." Luego, continúa el cuento otra persona y así, hasta terminar. 

El debate.
 Se plantea una situación conflictiva y todos los integrantes de la familia tendrán que ponerse de acuerdo en cuál sería la solución. Como en el caso del cuento encadenado, lo mejor es que alguno de los papás presente la situación conflictiva. El nivel de complejidad del problema dependerá de la edad que tengan tus hijos. Puede ser algo así como: "Si tuviéramos que llenar la refrigeradora con solo 3 cosas, ¿cuáles serían?, ¿por qué?" Las reglas de este juego son: escuchar todos los puntos de vista, respetar el turno de los demás y expresarse sin herir al resto. Así, hasta que todos lleguen a un acuerdo como familia.

¡Anímate a jugarlos en familia! ¡Se van a divertir y van a desarrollar su asertividad! 


lunes, 12 de febrero de 2018

La congelación: tu aliado para comer bien aunque no tengas tiempo







En estos tiempos en los que vivimos, con todas las obligaciones laborales y familiares, tener tiempo para cocinar a veces es imposible. Y aunque como muchas mamás, tengas las mejores intenciones de que tu familia coma bien, hay días en los que cuando llega la hora de la cena lo único que puedes hacer es echar mano de algún plato de comida rápida precocinada o irte a la hamburguesería más cercana. El problema es que este tipo de comida, además de ser mucho más cara que la comida casera, suele ser poco saludable.


Comer bien, de forma nutricionalmente equilibrada, es uno de los factores más importantes para una buena salud y la base para el crecimiento y desarrollo adecuado de los niños. Posiblemente tu madre o tu abuela tenían toda la mañana para ir al mercado y hacer uno de esos guisos para chuparse los dedos. Y lo más probable es que tu no tengas el tiempo que ellas tenían para estar en la cocina, pero sí cuentas con un poderoso aliado para alimentar a tu familia saludablemente: la congelación.


Para poder conservar no sólo las propiedades nutritivas de los alimentos, sino también su sabor y su textura, es importante tener en cuenta una serie de pasos a la hora de congelar.
Cuando congelas lo que haces es detener el proceso natural de descomposición de los alimentos. Esto se consigue porque el agua que hay dentro de las células que componen los alimentos se convierte en hielo. Si se congela de forma rápida y a bajas temperaturas el agua de las células se convierte en cristales pequeños y más o menos redondos. Ese "agua" que hay dentro de las células es la que contiene todas las sustancias nutritivas. Si la congelación tarda más de 24 horas, estos cristales pueden ser afilados y grandes. Como resultado, rompen las paredes de las células y el alimento pierde parte de sus propiedades nutritivas, además de su textura.



Para que tus alimentos se congelen bien sigue estos pasos:
1.   Asegúrate de que ya estén fríos antes de introducirlos en el congelador

Si metes un alimento caliente o tibio en el congelador, además de retrasar el proceso de congelación, esto puede ser malo para otros alimentos porque hará descender la temperatura del congelador. Deja que los alimentos que vayas a congelar se enfríen o bien, puedes enfriarlos en agua fría o con hielo (una vez que estén envasados)
2.  La temperatura del compartimento de congelación debe estar entre –24º C y –30º C (-75º y -86º F)


3.   Los alimentos se han congelado por completo a las 24 horas
Intenta separar los envases todo lo posible antes de congelar, así se congelarán más rápidamente y no tendrás problemas luego para despegarlos.
4.   Una vez congelados, cada tipo de alimento puede conservarse un tiempo determinado de forma segura
Pero en general, en un congelador de –64º F pueden estar congelados varios meses sin problemas antes de consumirse. Los envases para congelar también son importantes. Asegúrate de que los alimentos estén bien cubiertos antes de meterlos en el congelador para que no se "quemen" y se resequen y que no quede aire en las bolsas de plástico. Evita también los envases de cristal porque pueden romperse y crear un peligro.

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